domingo, 16 de agosto de 2009

1969

Cuántas cosas equidistantes son el reflejo de una imagen que se recrea infinitamente.
Los Dioses nacidos del hombre y su agobiante necesidad de encontrar su origen.
Las orbitas de un planeta que se repiten alrededor de un átomo.
La verdad que a través de las generaciones se deriva en mentiras y doctrinas.
La primera inocencia y la postrera.
El dingo y el lobo.
El eco y el espejo.
El angosto camino que abren mis pasos entre la integridad y la hipocresía.
Sé que no hay forma de medir ese vértigo.
Sé que no vendrá de nadie mi salvación, que no vendrán en mi auxilio los redentores que mi fe reclama.
Estoy solo y perdido en la indisoluble trama que mis pasos han tejido. Es la coagulada sangre de los mártires que invoco una putrefacta sopa en la que se alimentaron las moscas que hoy caminan sobre mi carne quieta.
Mi secular materia resume la ardua labor del cosmos.
Soy casi infinito, casi eterno, pero sigo estando solo.

1 comentario:

  1. No estás solo. Olvidas que extiendo mi mano para alcanzarte, olvidas que extiendo mis alas para abrazarte en pleno vuelo, olvidas... sólo olvidas...

    No estás solo, estoy Aquí

    ResponderEliminar